Mis escenas favoritas – El viaje a ninguna parte

Antológico momento de esta magnífica película de Fernando Fernán-Gómez, dirigida en 1986, y gran triunfadora de la primera edición de los premios de la Academia de las Ciencias y Artes Cinematográficas de España, vamos, los Goya. Inspirada en sus propias vivencias, en Cómicos (1954), de Juan Antonio Bardem y en El viaje de los comediantes, de Angelopoulos (1976), esta gran obra, que cuenta además con un extraordinario reparto (Fernando Fernán-Gómez, José Sacristán, María Luisa Ponte, Juan Diego, Nuria Gallardo, Gabino Diego, Laura del Sol, Agustín González, Queta Claver, Simón Andreu, Carlos Lemos), narra las vivencias de un grupo de actores itinerantes en la España de postguerra.

En este fragmento podemos ver a un estupendo Fernán-Gómez, y en papeles pequeños, a José Mª Cafarell, Óscar Ladoire, y a un primerizo Carmelo Gómez como mozo del pueblo. Fantástica, hilarante.

23 comentarios sobre “Mis escenas favoritas – El viaje a ninguna parte

  1. Ahhhh…..¡que maravillosa película traes hoy «señoritooo»!, una de mis favoritas. Que paseo por la España franquista.
    La escena es genial, si señor, y con moraleja: esto del cine no tiene nada que ver con el teatro jeje.
    Besicos mil.

  2. Ay, tengo que volver a verla. Cuando la vi tenía un dolor de muelas que no veas, y sólo pude disfrutar de la peli a medias. Prometo que la veo, sé que mi family la tiene. Voy a verla, voy a verla.

    M

  3. Ya dije en alguna parte alguna vez que yo (junto a otros amigos) vi rodar esta escena in situ. Fue de pelos en punta. De verdad, en unos momentos entendí toda la gran magia del cine. Pero a mi esta escena me produce tanta risa como pena, fíjate.

    Besos viajeros.

  4. Esta me la vi, pero hace tanto, definitivamente no tiene nada que ver con el teatro: maravillosa escena pones aquí. Me ha dado mucha risa; gran manera de empezar el día. Me ha dado sed.

    abrazos,

  5. Inma, a veces cine y teatro se aproximan mucho: Mankiewicz, Bergman…
    Besos

    Valentín, yo me troncho siempre que me acuerdo del «señoritoooooo».
    Un abrazo

    Entrenómadas, siento lo del dolor de muelas. Espero que no fuera por la película. Es amarga, dura, triste, un homenaje agridulce, pero hay unos pocos momentos en que te ríes bastante.
    Besos

    Luisa, es verdad, recuerdo que lo dijiste, y lamento no haberlo recordado cuando escribí el post porque me hubiera referido a ello expresamente. La escena es igualmente hilarante y trágica.
    Besos

    S. Martín, efectivamente, con buenos antecedentes y en las manos de un grande, el resultado había de ser soberbio. Gracias por tu visita. Saludos.

    Malvisto, así así, las diferencias entre cine y teatro a la hora de trabajar son absolutas; pero en lo que el espectador percibe no siempre hay tanta diferencia.
    Échate un par de cervezas, que para la sed es lo mejor. Invito yo.
    Abrazos

  6. Me partooooo, jajajaja. Qué difícil tuvo que ser para él hacer esa escena, así de «mal», jajaja. Ni siquiera he sentido pena por su marcha… para mí está tan vivo como hace 50 años.

    Gracias por ponerme una sonrisa, la necesitaba.
    Abrazos

  7. Uf, una pregunta muy difícil. El cine está lleno de magníficas comedias, desde Chaplin, Keaton o Harold Lloyd hsata clásicos como «Al servicio de las damas» de Gregory La Cava (1936), «Sucedió una noche», «Vive como quieras» o «Arsénico por compasión», de Frank Capra, «La fiera de mi niña» (1938), «Luna nueva» (1940) o «La novia era él» de Hawks, «Historias de Filadelfia» (1940) de Cukor, el cine de Lubtitsch («Ninotchka», «Ser o no ser», «El bazar de las sorpresas»), las comedias de Woody Allen, el genial Billy Wilder («Uno, dos, tres…», «Primera plana», «El apartamento», etc.). Imposible quedarse con una. Tendría que pensarlo mucho, mucho.
    No me lo pongas tan difícil, mujer.

  8. Me encanta sucedió una noche y arsénico por compasión. El bazar de las sorpresas la descubrí hace poco. Bueno, bueno, no quiero ponertelo difícil jejejeje

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