Diálogos de celuloide – Calle Mayor

JUAN: ¿Y qué te parece?

TONIA: ¿Eh?

JUAN: La broma, lo de esa chica, Isabel.

TONIA: Ya te lo he dicho. Una canallada.

JUAN: ¿Sí?

TONIA: Sí, una canallada. Esos tíos son unos cabestros, pero tú…

JUAN: ¿Qué?

TONIA: Nada, que creía que eras de otra manera.

JUAN: ¿Cómo?

TONIA: Más hombre, más…, entero.

JUAN: Pero si, total, todo es una broma, para reírnos…

TONIA: ¿Todos?

JUAN: No te entiendo.

TONIA: ¿Ellla también se va a reír?

JUAN: ¡Bah! No le va a pasar nada.

TONIA: ¿Tú que sabes? ¡Me dais asco!

Calle Mayor. Juan Antonio Bardem (1956).

14 comentarios sobre “Diálogos de celuloide – Calle Mayor

  1. Esta película para mí fue un descubrimiento porque que yo recuerde fue la que me mostró, cuando ya tenía «consciencia» lo que tú llamas el «otro cine espeñol» durante el franquismo. ¿O tal vez fuera «Muerte de un ciclista? Pues ahora no estoy seguro.
    Lo cierto es que la chica, me enamoró. Aunque nunca he comprendido por qué Bardem tuvo que optar por una actriz extranjera.

  2. Sí, esa broma que gastan a la protagonista es una canallada. Toda la razón tiene Tonia. El aburrimiento y hastío de estos hombres, por llamarles algo, les hace crueles, muy crueles. Película que impacta.
    Besos
    Hildy

  3. Bueno, en realidad durante esa época estaba el cine español-franquista (el que, salvo contadísimas excepciones, vocea el inframundo de Cine de barrio), y el cine español auténtico, éste. En cualquier caso, ambas películas de Bardem, junto a Berlanga y un puñado más de cineastas que no se alimentaban del folclorismo y la tontería patria, hicieron más por el cine español que todos los almodóvares y amenábares que han venido y puedan venir.
    En cuanto a Betsy Blair, hay que entenderlo en la clave de pensamiento de Bardem, comunista él: obligada a escapar de USA por culpa de la «caza de brujas», había que echarle una mano.

    Interesantísimo el tema del aburrimiento como fuente del mal, mi querida Hildy. Un problema bastante frecuente y de interés filosófico-psicológico más que apreciable.
    Besos.

  4. Sí, la broma es una canallada. Estos hombres, por llamarles algo, que arrastran el aburrimiento, el hastío, el vivir sin expectativas, ni sueños, ni ilusiones les hace volverse crueles, muy crueles. Tonia tiene toda la razón. Calle Mayor es una película-impacto.
    Besos
    Hildy

  5. Acabo de regresar de Madrid y allí estuve;en el Café Gijón.Allí siempre estaba Manolito Alexandre,en la misma mesa durante 60 años.Allí me lo encontraba siempre junto a su amigo inseparable Albaro de Luna.El otro día ya no estaba allí.Su silla estaba vacía pero seguía estando de Luna un poco más serio,sin Manolito.
    Calle mayor es una obra maestra que no ha perdido vigencia.El otro día la vi y el retrato de la provincia es exactamente el mismo que aquí,el lugan donde habito.Es heredera de Los inútiles de Fellini,con toques más ibéricos.
    Un abrazo.

  6. Sí, recuerdo perfectamente la escena y es un diálogo estupendo. Yo creía que después de esa conversación con Tonia Juan cambiaría su manera de actuar pero ya era demasiado tarde. sta película parte el alma. Un abrazo Alfredo.

  7. Imposible, si cambiara, la película se derrumbaría. La verdadera virtud de la cinta está en que no hay marcha atrás, en la debilidad de voluntad que hace aplazar un mal devastador, cada vez más con cada nuevo aplazamiento, con tal de eludir el mal momento de una confesión. Y lo peor de todo es que Juan sabe que está haciendo daño a una inocente por la que siente afecto. Pero la vergüenza de recular, de confesarlo todo, ante sus amigotes y ante ella, son más fuertes que el deber moral. Una auténtica tragedia.
    Abrazos.

  8. Me parece muy curioso e interesante, Alfredo, el párrafo que has escogido de ese guión, porque resume precisamente la psicología de la prostituta Tonia (interpretada por la alemana Dora Doll: en la época, ninguna actriz española hubiera querido pechar con el papel), esa mujer contrapunto de la protagonista con la que tiene un nexo: su amor por el desalmado Juan.

    Bardem hizo bien en dejar en apunte ése caracter, quizá pensando en desarrollarlo en otra película, pero los trazos del mismo son diáfanos y permiten colegir que es una mujer abocada por las circunstancias y enamorada erróneamente: queda claro que ni siquiera cobra sus «servicios» a Juan y espera de éste que la saque del antro.

    Qué desilusión para ella comprobar que Juan ni la va a retirar ni va a cumplir como un hombre con la pobre Isabel.

    Y sin embargo le falta valor para ir a avisar a la desdichada virgen…

    Me parece, Alfredo, que tu elección no ha sido nada casual, malandrín… 😉

    Un abrazo.

  9. Ay, Josep, que no, que no, que la elección de este párrafo es puramente casual y coyuntural. Como la canción de Aute, pasaba por aquí…
    De todos modos, sólo hablaré en presencia de mi abogado.
    Un abrazo

  10. Sólo una broma … en una calle mayor que murmura, que escudriña y censura cada uno de nuestros actos, hasta el punto de someter nuestras circunstancias a su implacable juicio.

    Está claro que no es sólo una broma, es un acto de violencia, es un claro juego de «yo gano, tu pierdes».

    Bien seleccionado el diálogo.

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