![las13rosas_39](https://39escalones.wordpress.com/wp-content/uploads/2010/06/las13rosas_39.jpg?w=700)
Poniendo por delante nuestro reconocimiento a las víctimas del episodio que narra la película y nuestro agradecimiento a quienes investigan y difunden atrocidades semejantes que nos permitan no olvidar lo que ha sido la historia de este país, Las 13 rosas, dirigida por Emilio Martínez-Lázaro en 2007, es uno de los grandes fiascos del cine español reciente, uno de esos filmes más populacheros que sólidos de los que «justifican» cierta mala fama del cine español vinculada al sempiterno recurso de contarnos «una de la guerra civil». Plena de decisiones erróneas, de equivocaciones tanto en la forma como en el fondo, para salir a flote la película apela incesantemente a los buenos sentimientos del espectador, a su querencia lacrimógena, como única vía de mantener el interés y la fuerza de una fábula sentimental y un poco tonta muy por debajo de la crudeza y el dramatismo de los acontecimientos reales en los que se inspira. La cinta cuenta la historia de unas jóvenes madrileñas detenidas al poco de finalizar la guerra y que, acusadas injustamente de querer refundar las Juventudes Socialistas en la clandestinidad del Madrid ocupado y de un presunto y delirante complot para asesinar a Franco, sufrieron torturas y malos tratos en los interrogatorios y fueron encarceladas como paso previo a su fusilamiento en el verano de 1939.
La película, por desgracia, no les hace ninguna justicia a las víctimas. Con corrección en la puesta en escena y en la ambientación, si bien con un poquito de tendencia a usar computadora allí donde no tendría por qué hacer falta (esa Cibeles tapiada de videojuego…), el primer problema del filme es el guión, obra de Ignacio Martínez de Pisón, un defecto amplificado por el montaje, que a buen seguro dejó material decisivo fuera del largo metraje final de dos horas y cuarto. En primer lugar, la necesaria conservación de los aspectos más conocidos del caso obliga a partir de trece víctimas, lo cual implica, bien que no pueda contarse apenas nada de cada una, con lo que el espectador ha de sentirse por fuerza distanciado, sin capacidad de identificarse o empatizar con el personaje en cuestión, bien el abandono de la historia de la mayor parte de ellas o su caracterización con trazos gruesos e imprecisos en favor del desarrollo más pormenorizado de sólo un puñado de ellas que habrán de ser el vehículo por el que el público entre en la historia. Eso es lo que sucede en la película, a lo que hay que añadir los personajes secundarios y los antagonistas de las jóvenes, que obviamente también requieren su protagonismo. Precisamente, a causa de ello, nos encontramos con la paradoja de que, más allá de cuatro tomas generales, al espectador no se le ofrece ninguna visión de conjunto de las jóvenes, no distinguen apenas sus rasgos, historias y personalidades (excepto las dos o tres protagonistas del grupo y dos o tres secundarias extraídas de ellas), que se confundan unas con otras o que directamente no se reconozcan, mientras que algunos secundarios gozan de más minutos en pantalla, más protagonismo incluso, que la mayor parte de las «homenajeadas». Continuar leyendo «La tienda de los horrores – Las 13 rosas» →