Edward Hopper: el pintor del cine

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Sin duda es Edward Hopper uno de los pintores que más han influido en el cine moderno, hasta el punto de que muchos de los encuadres, planos y secuencias de un sinnúmero de directores, desde los más consagrados a los principiantes o a los más inexpertos, han bebido de sus fantásticas imágenes de lugares despoblados, mujeres solitarias, luminosos faros en la costa, surtidores de gasolineras en carreteras no frecuentadas o puentes brumosos. Muchos de sus cuadros son casi encuadres perfectos o una plena composición de plano cinematográfico. ¿A alguien le suena esta casa?
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Igualmente, su perspectiva al pintar puentes ha ejercido una gran influencia a la hora de imaginar planos en los que presentarlos en pantalla.
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Muchos cineastas han resultado influenciados en la concepción de sus planos por las obras de Hopper, por esas casas de madera medio derruidas, las capillas solitarias enmedio de los campos de trigo, los surtidores de gasolina en carreteras que cruzan parajes desolados, sus habitaciones de hotel con personajes que aparecen en ellas como varados, abandonados por el destino en cualquier parte, que desvían la vista hacia la ventada mirando nada, personajes sentados en la cama con la cabeza inclinada, mirando al suelo…
Precisamente son estas habitaciones de hotel, solitarias, silenciosas, ocupadas por un nómada del que nada sabemos, ni de dónde viene, ni adónde va, si es que tiene algún lugar al que ir, del que sólo deducimos su terrible soledad, son las que han creado una decisiva influencia en la concepción de la escenografía de las habitaciones de hoteles y moteles en la cinematografía norteamericana.
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Hitchcock reconoció expresamente la influencia de Hopper en la composición de sus escenarios de exteriores y en la ambientación de sus películas. De hecho a lo largo de su obra hay múltiples ejemplos de ello: la casa de los Bates en Psicosis, la vieja casona de Carlota en Vértigo, los puentes de 39 escalones, incluso en su última película, La trama, los ambientes rurales y las viejas casas que aparecen en la película están inspiradas en la obra de Hopper, incluso en el uso del color. Pero además de Hitchcock encontramos planos inspirados en obras de Hopper en directores como Win Wenders, Brian de Palma, Terrence Malick, Arthur Penn, Wayne Wang, y una infinidad de directores menores o consagrados que prácticamente se han encontrado planos ya listos para filmar en las obras pictóricas de Edward Hopper.
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A continuación, un resumen de su biografía extraído de wikipedia:
Nacido en Nyack, una pequeña ciudad a orillas del río Hudson en una familia culta y burguesa, Hopper entra en 1900 en la New York School of Art. En ese instituto coincidirá con otros futuros protagonistas del arte americano de principios de los años 1950: Guy Pène du Bois, Rockwell Kent, Eugene Speicher y George Bellows.
Sin embargo los contactos que resultarán fundamentales para su formación y para su desarrollo como pintor serán tres de los profesores de la escuela: William Merrit Chase, que le animó a estudiar y a copiar lo que veía en los museos; Kenneth H. Miller, que le educó en el gusto por una pintura nítida y limpia, organizada en una composición espacial ordenada; Robert Henri, que contribuyó a liberar el arte de la época del peso de las normas académicas, ofreciendo de ese modo un ejemplo activo al joven Hopper.
Tras conseguir su título, Hopper obtuvo su primer trabajo como ilustrador publicitario en la C. Phillips & Company.
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En 1906 viaja a Europa por primera vez, visitando París, en donde experimentará con un lenguaje formal cercano al de los impresionistas, y siguiendo viaje en 1907 a Londres, Berlín y Bruselas.
El estilo personal e inconfundible de Hopper, formado por elecciones expresivas precisas, emerge y se forma en 1909, cuando decide regresar a París durante seis meses, pintando en Saint-Gemain y Fontainebleau.
Su pintura se caracteriza por un peculiar y rebuscado juego entre las luces y las sombras, por la descripción de los interiores, que aprende con Degas y que perfecciona en su tercer y último viaje al extranjero, a París y a España, en 1910 y por el tema central de la soledad.
Mientras en Europa se consolidaban el fauvismo, el cubismo y el arte abstracto, Hopper se siente más atraído por Manet, Pissarro, Monet, Sisley, Courbet, Daumier, Toulouse-Lautrec y por un pintor español anterior a todos los anteriores: Goya.
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De regreso definitivo a los Estados Unidos, de donde ya no saldrá, Hopper abandona las nostalgias europeas que le habían influido hasta entonces y empieza a elaborar temas unidos a la vida cotidana norteamericana, modelando su estilo a la vida cotidiana. Entre los temas que aborda hay sobre todo representaciones de imágenes urbanas de Nueva York y de los acantilados y playas de la cercana Nueva Inglaterra.
En 1918 se convierte en uno de los primeros integrantes del Whitney Studio Club, el centro para los artistas independientes de la época más dinámico.
Entre 1915 y 1923 abandona temporalmente la pintura, dedicándose a nuevas formas expresivas como el grabado, usando la punta seca y el aguafuerte, con los que obtendrá numerosos premios y reconocimientos, incluso alguno de la prestigiosa National Academy.
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El éxito conseguido con una exposición de acuarelas (1923) y otra de lienzos (1924) hacen de Hopper el autor de referencia de los realistas que pintaban escenas americanas.
Su evocadora vocación artística evoluciona hacia un fuerte realismo, que resulta ser la síntesis de la visión figurativa unida al sentimiento poético que Hopper percibe en sus objetos.
Imágenes urbanas o rurales, inmersas en el silencio, en un espacio real y metafísico a la vez, que comunica al espectador un sentimiento de alejamiento del tema y del ambiente en el que está inmerso bastante fuerte. Hopper consigue esto por medio de una esmerada composición geométrica del lienzo, por un sofisticado juego de luces, frías, cortantes e intencionadamente «artificiales», y por una extraordinaria síntesis de los detalles. La escena aparece casi siempre desierta; en sus cuadros casi nunca encontramos más de una figura humana, y cuando hay más de uno lo que destaca es la alienación de los temas y la imposibilidad de comunicación resultante, que agudiza la soledad. Un ejemplo de este tipo de obras es Nighthawks.
En 1933 el Museo de Arte Moderno de Nueva York le consagró la primeraa retrospectiva, y el Whitney Museum la segunda, en 1950.
Hopper muere el 15 de mayo de 1967 en su estudio neoyorquino, cerca de Washington
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15 comentarios sobre “Edward Hopper: el pintor del cine

  1. Ay,ay,ay. Pero qué bueno es Hopper!!! El año pasado fui a Madrid para ver una exposición sobre Pasolini y de paso me acerque al museo Thyssen. Vaya sorpresa me lleve, había una exposición de Hopper.
    Sus cuadros son inmensos y la luz del museo es expendida, perfecta. Yo diría que la idónea para este pintor que fascina.
    Ay, por qué no tendré dinero para viajar, comprar cuadros y viajar y comprar cuadros y…

    Besos

  2. Hopper es tremendo. Yo lo descubrí en un documental en el que se relacionaba su obra con el cine de Hitchcock. Impresionante.
    En cuanto a lo de los viajes, lo mismo digo, aunque cada día si nos fijamos bien podemos ver cuadros muy hermosos. Fíjate, una vieja amiga mía tenía la ‘austeriana’ costumbre de coleccionar fotografías de cielos, radiantes, luminosos, nublados, encapotados, grises, azules, naranjas, casi negros… Cada uno era distinto y todos muy bellos. Como dijo aquel, ‘hay gente pa tó’.
    Besos

  3. El documental es un programa de producción propia de Canal+ que se titula, «Edward Hopper, el pintor del silencio», y que no sólo relaciona la pintura de este genio con Hitchcock, sino con otros muchos directores de la segunda mitad del siglo XX. Un saludo y muchas gracias a ti.

  4. Habrá que ver el documental y todas las películas con otra perspectiva, lo cual me parece muy divertido porque es como encontrar las 7 diferencias entre unas y otras. En lo que me había fijado, cuando me he dado cuenta, es que Woody Allen ha recurrido a él, pero no sabía que también Hitchcock lo hubiera hecho. Al contemplar esas personas en los cuadros siempre me viene a la cabeza: ¿Qué estarán pensando?. Si es que cupiera posibilidad de que estuvieran pensando.
    Besos.

  5. En realidad sus estéticas, Missing, siguen influyendo en mucho cine, directamente, o bien entre quienes «copian» otras estéticas previas del cine basado en Hopper.
    Son imágenes muy elocuentes de la soledad y la incertidumbre vital. Creo que todos en algún momento podemos pasar por modelos de Hopper.
    Besos

  6. Me ha parecido muy interesante tu artículo sobre Hopper, un pintor al que admiro desde hace muchos años. Precisamente acabo de comentar en otro blog, hablando del tema de los faros y su simbología, que Hopper tiene una colección de cuadros de faros preciosa, además de esas casas, como la de Psicosis, impresionantes. Y esas personas pensativas, perdidas, anonadadas, que te hacen pensar. Me interesaría mucho acceder al documental de que hablas. ¿crees que en el emule estará? ¿me podrías dar los datos exactos?

  7. un artículo muy interesante, Alfredo, el cine entre otras cosas también es una amalgama de las demás artes, pero con el añadido de que el cine tiene sus propios recursos y si en un principio el cine se vio influido por el teatro, la literatura, el burlesco, la pintura… seguramente hoy es al contrario, el cine influye en las demás artes, incluso se dice que antes del nacimiento del cine nadie soñaba en blanco y negro… Hopper tenía que influir a la fuerza, sus encuadres limpios, intensos, sin embargo solitarios y fríos, la humanidad alienada que refleja, tenían que ser una influencia para maestros como Hitchcock, o no serían maestros… Un saludo.

    1. En efecto, Sam, pero hay casos como los de Hopper, Goya o en caso de gente como Greenaway, Rembrandt, que la influencia va mucho más allá: parece que ellos mismos pintaron fotogramas.
      Saludos.

  8. Tanto como pintar fotogramas, quizá lo que ocurre es que nuestro crecimiento visual ya se produce por lo general a través del cine y la televisión, además de la fotografía, por lo que cuando vemos que el cine, la televisión y la fotografía han tomado como referencias las obras de pintores los consideramos precursores del cine, sin embargo ellos hacían cuadros, quizá también hubieran hecho cine, pero se expresaban con la imagen única mientras que el cine se expresa con la imagen en movimiento y con la combinación de imágenes que puede dar el montaje. Ni siquiera hace falta que las imágenes sean en movimiento, Chris Marker hizo La jetée con fotografías, a través del montaje. El cine, de todas formas quizá se atisba o lo creemos atisbar en muhcas manifestaciones de otras artes, y es natural, el deseo de representar el movimiento visualmente viene de antiguo, y el cine sin lugar a dudas parece el arte más dinámico de cuantos ha creado el ser humano, quizá por eso lo amamos tanto, ¡son tantas sus grandezas y posibilidades!. Un saludo.

  9. Soy arqitecta pintora admiradora e inspirada en Hopper. En Octubre de 2007 presentè mi primera exposicion. Uno de mis cuadros se titulò «homenaje a Hopper». A pocos dias de presentar mi obra me enterè de que pocos meses despues se presentarìa en Chicago una retrospectiva de Hopper, y decidì invertir la venta de mis cuadros (me fue bien) en viajar a Chicago y asistir a esa exposiciòn. Una de de esas experiencias que la vida que pocas veces te ofrece. Puedo quedarme horas frente a uno de sus cuadros absorbiendo su energìa, intensidad y equilibrio. Tengo un website de mi obra en http://www.artelibre.net/CARMENELR. Espero comentarios

  10. Bueno, Carmen, no me extraña que te fuera bien, porque por lo que he visto en tu página tus cuadros son fantásticos. Te envidio el haber podido asistir a esa exposición en Chicago, seguro que fue genial.
    Si no te importa, te enlazo.
    Saludos.

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