Mis escenas favoritas: La vía láctea (La Voie lactée, Luis Buñuel, 1969)

 

Obra inmensa, inagotable, del maestro aragonés Luis Buñuel, sátira del catolicismo y sus herejías, extremadamente bien documentada y absolutamente verídica, que, como es habitual en el genio de Calanda, combina con agudeza e inteligencia la crítica feroz e incisiva con el conocimiento profundo y el riguroso respeto cultural al objeto de sus dardos.

 

Diálogos de celuloide: la vía láctea (La Voie lactée, Luis Buñuel, 1969)

 

JOVEN MONJE: Hay algo que me inquieta.

INQUISIDOR: Te escucho.

JOVEN MONJE: Me pregunto si quemar herejes no será actuar en contra de la voluntad del Espíritu Santo.

INQUISIDOR: Pero si es la justicia de los hombres la que los castiga. ¡Es el brazo secular! A los herejes no se les castiga porque son herejes, sino por los atentados y actos de rebeldía que cometen contra el orden público.

JOVEN MONJE: Pero así, aquellos cuyos hermanos hayan sido quemados, quemarán a su vez a otros y viceversa. Unas veces unos, otras veces otros, todos estarán seguros de poseer la verdad… ¿Para qué habrán servido todos esos millones de muertos?

INQUISIDOR: Pero, ¿sabe usted lo que dice?

JOVEN MONJE: No sé…

INQUISIDOR: ¿Y por qué insiste?

JOVEN MONJE: No… No… Me someto, padre.

 

(guion de Luis Buñuel y Jean-Claude Carrière)

Vasos y copas de cine en La Torre de Babel de Aragón Radio

Suspicious Ends. Cary Grant, Alfred Hitchcock and… | by Lawrence Bennie |  Medium

Nueva entrega de la sección de cine en el programa La Torre de Babel, de Aragón Radio, la radio pública de Aragón, en este caso dedicada a vasos, tazas y copas que son inesperados protagonistas de determinadas secuencias, o incluso de películas completas.

Cine y boxeo en La Torre de Babel de Aragón Radio

Los Lunes de Culto: The Set Up (1949), de Robert Wise

Nueva entrega de la sección de cine en el programa La Torre de Babel, de Aragón Radio, la radio pública de Aragón, en este caso dedicada a las películas centradas en el mundo del boxeo.

En el límite de lo deportivo, el boxeo es, sin embargo, el “deporte” más cinematográfico, un medio, por lo general, que no se lleva muy bien con la representación de lo deportivo. La paradoja reside en que, si bien como deporte es discutido, se trata del “deporte” que más y mejores películas ha provocado, depositarias de toda clase de elementos épicos, críticos, simbólicos y dramáticos. Las películas de boxeo, en torno a seiscientas en todas las épocas y en todas las cinematografías, se dividen en líneas generales en cuatro vertientes que (al menos tres de ellas, las más serias), se entremezclan a menudo en muchos de los títulos dotando a las historia de dimensiones más complejas que la simple violencia, aunque también de un abundante catálogo de clichés y lugares comunes: la historia del ascenso y la caída de un boxeador y sus difíciles relaciones con su entorno a medida que los éxitos se acumulan y se abre la puerta a todo tipo de excesos; las historias de superación personal; las relaciones con el hampa, la mafia, las apuestas ilegales; y las comedias a golpes.

(desde el minuto 14)