Música para una banda sonora vital: Aguas oscuras (Dark Waters, Todd Haynes, 2019)

La versión de I Won’t Back Down de Tom Petty que interpreta Johnny Cash cierra esta película de Todd Haynes, probablemente la que en su filmografía más se ajusta a los cánones del drama más comercial y, por tanto, a los clichés y tópicos más corrientes en el cine de juicios. La historia, sencilla: un abogado (Mark Ruffalo) que busca ascender en la profesión y convertirse en socio del importante despacho para el que trabaja, descubre la conexión oculta entre el creciente número de muertes y enfermedades acaecidas en cierto condado con las dudosas actividades, desde el punto de vista medioambiental, de una de las corporaciones empresariales más grandes del mundo, de modo que en su búsqueda de la verdad pone en riesgo su futuro, su trabajo y su estabilidad familiar. Aunque se sigue con interés, también gracias al reparto, en el que destaca Tim Robbins, no puede uno sacudirse la sensación de «ya visto» y de previsibilidad que domina todo el metraje, aunque Johnny Cash consigue que el espectador con orejas se quede con un buen sabor de boca.

Música para una banda sonora vital: Sympathy for Delicious (Mark Ruffalo, 2010)

Escrita por su protagonista, Christopher Thornton, y dirigida por Mark Ruffalo, que se reserva un importante papel secundario, Sympathy for Delicious aborda la historia de un pinchadiscos paralítico que malvive en las calles de Los Ángeles hasta que descubre por pura casualidad que tiene un don sobrenatural: posee la extraordinaria y milagrosa facultad de curar a los demás, aunque no a sí mismo. A partir de ese momento se abre un futuro incierto en el que se mezclan los deseos de triunfar en la música, la ambición de vivir confortablemente y la frustración por no poder aplicarse a sí mismo la felicidad que es capaz de inocular en los demás. La película, que incluye en su reparto a Laura Linney, Noah Emmerich, Juliette Lewis y Orlando Bloom, entre otros, se cierra con este clásico de 1968 de los Bee Gees, I Started a Joke.

Música para una banda sonora vital: Spotlight (Thomas McCarthy, 2015)

Partitura de Howard Shore compuesta para este extraordinario drama periodístico sobre el equipo de investigación de The Boston Globe que destapó multitud de casos de abusos sexuales de sacerdotes católicos ocurridos durante décadas en la archidiócesis de Boston y, por extensión, de todos los Estados Unidos, ocultados por la alta jerarquía eclesiástica con la complicidad de las autoridades. Una película apasionante que revela una verdad que da escalofríos.

Diálogos de celuloide – Mi vida sin mí

Para Inma.

Mi_vida_sin_mi

Ésta eres tú. Con los ojos cerrados, bajo la lluvia. Nunca pensaste que estarías así, nunca te viste, cómo lo dirías… como…., como esas personas que disfrutan mirando la luna, que se pasan horas mirando las olas o los atardeceres o el viento en los sauces, supongo que sabes de qué clase de personas hablo… A lo mejor no. Pero resulta que te gusta estar así, pelándote de frío, notando cómo el agua traspasa tu chaqueta, te llega a la piel. Y el olor. Y el tacto de la tierra que se ablanda. Y el sonido del agua chocando contra las hojas. Todas las cosas de las que hablan los libros que no has leído. Ésta eres tú.

Mi vida sin mí. Isabel Coixet (2003).

Música para una banda sonora vital – Zodiac

En esta magnífica película de David Fincher que cuenta la historia real del conocido como «asesino del Zodíaco», asesino en serie metódico e impredecible que durante veinte largos años tuvo en vilo a las fuerzas del orden de California aparece una breve pero reconocible ráfaga de saxofón que nos remite a un antiguo anuncio de tabacos con yate de vela incluido que se emitía no hace muchos años en televisión. En concreto, en una de las escenas finales cuando Jake Gyllenhaal entra en la tienda del principal sospechoso jamás imputado por falta de evidencias suficientes, en la radio suena este pedazo de tema llamado Baker Street, el homenaje del músico Gerry Rafferty a la calle donde se encontraba el 221 B, el refugio del investigador Sherlock Holmes, tantas veces visto en el cine con las facciones de Basil Rathbone o Peter Cushing, y el doctor Watson. Personajes sobre los que nos amenazan con dos nuevas versiones, una desde el punto de vista de la comedia tonta y otra con un Holmes convertido en repartidor de mamporros, que prometen echar bastante mierda sobre dos caracteres inmortales de la literatura universal.

Uno de los mejores temas que se han puesto por aquí.