Mis escenas favoritas: Apocalypse Now (Francis F. Coppola, 1979)

El capitán Willard (Martin Sheen) de esta obra maestra del cine (anti)bélico basada en El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, quería una misión, y por sus pecados le dieron una. Aceptación, resignación, tal vez condena…

Mis escenas favoritas: La vía láctea (La Voie lactée, Luis Buñuel, 1969)

 

Obra inmensa, inagotable, del maestro aragonés Luis Buñuel, sátira del catolicismo y sus herejías, extremadamente bien documentada y absolutamente verídica, que, como es habitual en el genio de Calanda, combina con agudeza e inteligencia la crítica feroz e incisiva con el conocimiento profundo y el riguroso respeto cultural al objeto de sus dardos.

 

Mis escenas favoritas: Chantaje en Broadway (Sweet Smell of Success, Alexander Mackendrick, 1957)

Dentro del catálogo de joyas producidas por la compañía Hill-Hecht-Lancaster, destaca esta obra maestra de Alexander Mackendrick, versión en la pantalla de una novela de Ernest Lehman adaptada por él mismo junto Clifford Oddets e inspirada en la persona del crítico Walter Winchell. J. J. Hunsecker (Burt Lancaster) y Sidney Falco (Tony Curtis) son, por derecho propio, dos de los personajes más viscosos del género noir ligado a los bajos fondo del mundo del espectáculo.

Mis escenas favoritas: Agárralo como puedas (The Naked Gun, David Zucker, 1988)

Comienzo una de las más célebres comedias de la factoría Zucker-Abrahams-Zucker, que rescató del olvido al ya de por sí olvidado Leslie Nielsen como protagonista absurdo y proporcionó a O. J. Simpson la notoriedad en el cine que poco después se multiplicaría por mil con las retransmisiones televisivas de sus juicios por asesinato.

Música para una banda sonora vital: El cantor de jazz (The Jazz Singer, Alan Crosland, 1927), y ¡Felices Fiestas!

El punto en que todo cambió o, «esperen un momento, todavía no han oído nada». El cine sonoro vino para quedarse a partir de este momento, la interpretación de Al Jolson del clásico Toot, Toot, Tootsie!, que además sirvió también como tema de apertura para una de las muchas obras maestras de Woody Allen, Balas sobre Broadway (Bullets Over Broadway, 1994).

Aprovechamos este alegre y marchoso tema clásico para desear a todos los escalones lo mejor para estos días festivos y para el año 2023, que falta hace.

Mis escenas favoritas: Loca academia de policía (Police Academy, Hugh Wilson, 1984)

Después de casi cuarenta años, cabe preguntarse cómo la saga Loca academia de policía pudo llegar a ser tan popular y taquillera, hasta el punto de que en diez años se realizaran siete entregas. Hoy, a la vista de algunos fragmentos (resulta realmente difícil soportar las películas completas, no digamos ya si se hace un intento a partir del tercer episodio), la inevitable pregunta que viene a la cabeza es si estas películas tienen menos cine que gracia. En cualquier caso, supuso un enorme trampolín para la carrera de algunos de los intérpretes que pasaron por ella, como Steve Guttenberg, Kim Cattrall o incluso Sharon Stone, de igual modo que concedió una fama efímera a rostros hasta entonces desconocidos.

Los únicos momentos de humor realmente estimables, tampoco demasiados, se concentran en las dos primeras películas. Uno de los más recordados tiene que ver con el bar de ambiente gay La ostra azul, indisoluble del tema que suele acompañar sus apariciones en pantalla, El Bimbó de Georgie Dann.

Mis escenas favoritas: La última película (The Last Picture Show, Peter Bogdanovich, 1971)

 

Anarene, Texas, años 50. Tres jóvenes amigos, Sonny, Duane y Jacy, son adolescentes insatisfechos y aburridos que encaran el final de sus años jóvenes y el nacimiento de las responsabilidades de la edad adulta. A su alrededor, el desolado entorno de un pueblo moribundo, últimos resquicios del lejano Oeste, un tiempo estancado que transcurre entre un salón de billar, un café abierto toda la noche y una vieja sala de cine que proyecta Río Rojo (Red River, Howard Hawks, 1948). Una obra maestra sobre la frustración, la traición y la pérdida, sobre las promesas incumplidas, las certezas destruidas y las seguridades inexistentes. Todo ello, en el espléndido blanco y negro de Robert Surtees.

 

 

Mis escenas favoritas: Veredicto final (The Verdict, Sidney Lumet, 1982)

Momento cumbre de Frank Galvin (Paul Newman), en su proceso de rehabilitación personal y profesional, próximo al clímax de esta excelente película escrita por David Mamet a partir de la novela de Barry Reed, probablemente la última gran película de juicios del cine norteamericano. Interpretaciones soberbias y una fotografía de Andrzej Bartkowiak inspirada en Rembrandt para el relato de un caso de indemnización civil a raíz de un error médico cometido en un hospital propiedad de la Archidiócesis de Boston. Grandezas y miserias de la abogacía y del sistema judicial cuando entran en el terreno de los poderes fácticos.

Mis escenas favoritas: Adivina quién viene esta noche (Guess Who’s Coming to Dinner, Stanley Kramer, 1967)

Monólogo final de esta película que, como era corriente en la filmografía de Stanley Kramer, tocaba un tema socialmente candente en la vida norteamericana del momento, en este caso, la lucha por los derechos civiles de la población negra de los Estados Unidos. Conmovedor alegato, tanto por el contenido como por la intensa interpretación de Spencer Tracy en su última aparición en la pantalla, que hace que determinadas expresiones, unidas a determinadas miradas, adquieran altas cotas de emoción no solo cinematográfica.