Diario Aragonés – Redención (Tyrannosaur)

Título original: Tyrannosaur

Año: 2011

Nacionalidad: Reino Unido

Dirección: Paddy Considine

Guión: Paddy Considine

Música: Dan Baker y Chris Baldwin

Fotografía: Erik Wilson

Reparto: Peter Mullan, Olivia Colman, Eddie Marsan, Ned Dennehy, Sally Carman, Samuel Bottomley

Duración: 92 minutos

Sinopsis: Joseph, un viudo solitario, alcohólico y traumatizado, conoce en una de sus explosiones de autodestrucción a Hannah, una mujer de poderosos sentimientos religiosos que vive una desorientada vida de dolor y pérdida. Ambos se apoyan mutuamente y descubren que puede haber amor y amistad incluso en lo más oscuro del túnel del fracaso.

Comentario: Aclamada en festivales y certámenes de medio mundo, el debut en la dirección de Paddy Considine es una de esas películas no aptas para espectadores que acuden a las salas a “entretenerse”, a “no pensar”, a no asistir a desgracias ajenas porque se tiene bastante con las propias… Considine apuesta por una durísima historia, por un realismo social profundo y descarnado en la línea de Ken Loach (y del propio protagonista, y también director, Peter Mullan) pero descargada de subrayados ideológicos y discursos panfletarios, y con un apreciable grado de estilización visual. Vehículo de abundantes y pertinentes denuncias, como la soledad de los mayores, la situación de las mujeres maltratadas, la falta de futuro en los barrios obreros marginales, la desatención a los niños, el problema de la tenencia de perros peligrosos, el desarraigo, la pérdida, el fracaso…, la película sin embargo huye de ensayos retóricos y tesis explícitas para desarrollar todo su completo y complejo contenido a través de la relación de Joseph (Peter Mullan) y Hannah (Olivia Colman), en su encuentro y en el redescubrimiento recíproco en el otro de todo aquello que creían perdido. Sus respectivos dramas son desgranados, dosificados con cuentagotas, demoledores en lo que se sospecha, contundentes, cruentos en lo que se conoce, impactantes en lo que se ve.

Considine maneja a la perfección el ritmo pausado, reflexivo, casi solemne, con el que presenta la historia, un tanto rígida, contemplativa en algunos momentos, un poco envarada, sin demasiada fluidez, tampoco especialmente original ni nueva, pero brillante en su levemente optimista conclusión, cuya mejor baza son las interpretaciones y la química demostrada por Mullan, soberbio, intachable, y Colman, que compone a la perfección a la mujer sometida, dominada, explotada, ninguneada, que encuentra en otras personas y en otros ambientes la autenticidad personal que su marido ha anulado con el tiempo y la violencia [continuar leyendo]

Diario Aragonés – Tenemos que hablar de Kevin

Título original: We need to talk about Kevin
Año: 2011
Nacionalidad: Reino Unido
Dirección: Lynne Ramsay
Guión: Lynne Ramsay, sobre el libro de Lionel Shriver
Música: Jonny Greenwood
Fotografía: Seamus McGarvey
Reparto: Tilda Swinton, Ezra Miller, John C. Reilly, Jasper Newell, Siobhan Fallon, Anna Kuchma, Ashley Gerasimovich
Duración: 110 minutos

Sinopsis: Eva es una escritora especializada en guías de viaje. Cuando queda embarazada de su pareja, Franklin, un fotógrafo dedicado a la publicidad, se abre ante ellos un nuevo horizonte de bonanza y felicidad. Sin embargo, ya desde su nacimiento, Kevin será fuente de preocupaciones y desasosiego, hasta convertirse en una amenaza para la estabilidad de Eva y su vida en común con Franklin.

Comentario: No se entiende muy bien por qué en críticas, comentarios y bombardeos publicitarios en relación con esta película de Lynne Ramsay, el argumento predominante utilizado para su venta o difusión es la supuesta paranoia obsesivamente controladora de Franklin (John C. Reilly) sobre el embarazo y la maternidad de Eva (Tilda Swinton). A la vista de los 110 minutos de Tenemos que hablar de Kevin, poco o nada de eso hay. Muy al contrario, Franklin es la única presencia sobria, equilibrada y sólida de un filme que abunda en inseguridades, miedos, riesgos y catástrofes humanas.

Contada en una serie de flashbacks fragmentados, asistimos a la desastrada vida presente de Eva, en una fenomenal, como siempre, interpretación llena de matices y detalles de Tilda Swinton, una mujer madura que encuentra trabajo en una agencia de viajes. Su apariencia desaliñada y descuidada, su vida desordenada, la casa en aparente precario estado de conservación, parecen simbolizar metafóricamente la situación interior de Eva, que empezamos a conocer a través de cada vez más presentes detalles que nos insinúan un pasado atormentado, y también de un punto de partida salpicado de visiones, pequeñas escenas y situaciones pertenecientes a su vida anterior. Estos pasajes poco a poco van ocupando la mayor parte de la cinta, hasta convertirse en una narración prácticamente lineal que, con puntuales saltos adelante, nos cuenta la historia de Eva, Franklin y su hijo Kevin (interpretado en su adolescencia, de manera extraordinariamente inquietante, por Ezra Miller). Y esta historia no es otra que la de una falta de entendimiento constante, creciente, inevitable, inexplicable, entre Eva y Kevin, y de cómo este distanciamiento afecta al resto de la familia, incluida la pequeña Celia, e incluso se extiende mucho más allá, alcanzando grados de violencia indiscriminada [continuar leyendo]

Diario Aragonés – Moneyball

Título original: Moneyball
Año: 2011
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Bennett Miller
Guión: Aaron Sorkin y Steven Zaillian, sobre el libro de Michael Lewis
Música: Mychael Danna
Fotografía: Wally Pfister
Reparto: Brad Pitt, Jonah Hill, Philip Seymour Hoffman, Robin Wright Penn, Chris Pratt, Kathryn Morris, Tammy Blanchard, Glenn Morshower, Erin Pickett, Sergio Garcia, Jack McGee
Duración: 133 minutos

Sinopsis: Billy Beane es un antiguo jugador de baseball que, tras abandonar su carrera y convertirse en mánager de los Athletics de Oakland, consiguió a principios del siglo XXI llevar a un equipo de modesto presupuesto a varios éxitos deportivos gracias al empleo de fórmulas estadísticas y cálculos informáticos para confeccionar la plantilla, especialmente con el fichaje de jugadores descartados por otros equipos por considerarlos incompletos, conflictivos, acabados o amortizados.

Comentario: Realmente llama la atención lo baratas que se venden últimamente (nos referimos a los últimos treinta años) ciertas nominaciones a los premios Oscar. Nada menos que seis atesora Moneyball, de Bennett Miller, escrita por dos de los niños mimados del guión norteamericano, Aaron Sorkin y Steve Zaillian, sin que, a juzgar por lo visto, la cosa sea ni mucho menos para tanto.

Con un trabajo formal muy correcto, cuya mayor virtud consiste en reducir al mínimo la recreación de secuencias de los partidos, complementadas por fragmentos filtrados por imágenes televisivas que llegan así de segunda mano al espectador, las supuestas virtudes del guión se concentran en los dos primeros tercios de la película. El punto de partida, la necesidad de Billy Beane (Brad Pitt, nominado a mejor actor no se sabe por qué) de reconstruir un equipo para la nueva temporada después de haber vendido a los mejores jugadores, da paso a lo esencial de la cinta, su relación personal con Brand (Jonah Hill), el licenciado en económicas que se convierte en gurú de los números que permitirán rehacer el equipo, y también a la exposición de cómo es el mundo del deporte en los despachos y las relaciones dentro del club (con entrenador, ojeadores y técnicos) y fuera de él (las negociaciones con otros equipos para el intercambio o fichaje de jugadores). Todo está bien contado, aunque se echa en falta mayor profundidad y desarrollo en los personajes y una mayor intensidad y tensión dramáticas. Igualmente, la presencia de flashbacks con episodios del pasado en algunos momentos confunde más que ayuda, mientras que no se sabe muy bien qué pintan en la historia las relaciones familiares de Billy con su ex esposa (Robin Wright Penn) y su hija. Por otra parte, hay personajes que en el guión prometen resultar muy importantes como fuente de conflicto y enfrentamiento (en particular el entrenador, interpretado por Philip Seymour Hoffman), pero que finalmente quedan diluidos [continuar leyendo]

Diario Aragonés – La invención de Hugo


Título original:
Hugo (Hugo Cabret)
Año: 2011
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Martin Scorsese
Guión: John Logan, sobre el libro de Brian Selznick
Música: Howard Shore
Fotografía: Robert Richardson
Reparto: Asa Butterfield, Chloe Moretz, Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Jude Law, Emily Mortimer, Michael Stuhlbarg, Ray Winstone, Christopher Lee, Richard Griffiths, Helen McCrory, Frances de la Tour
Duración: 127 minutos

Sinopsis: Hugo es un joven huérfano que vive a cargo de su tío en una estación de ferrocarril parisina durante los años 30 del siglo XX. Mientras su tío se emborracha y vaguea, Hugo se hace cargo de su trabajo, el mantenimiento de los relojes de la estación. Un día encuentra la manera de poner en funcionamiento el único recuerdo que le queda de su padre, un autómata escribiente recuperado de un museo. El robot no es más que la puerta de un maravilloso misterio de magia y sueños en el que Hugo estará acompañado de una chica, la nieta de un viejo vendedor de juguetes de la galería comercial de la estación al que llaman Papá George.


Comentario:
La última película de Martin Scorsese resulta totalmente atípica en su filmografía. Presidida habitualmente por poderosos dramas humanos casi siempre ligados a una violencia cruda y descarnada, en esta ocasión la labor del director se concentra en poner imágenes a un exitoso libro infantil lleno de magia y sensibilidad orientado al público familiar, y que al mismo tiempo es un homenaje directo al cine y a su nacimiento como teatro de sueños. Ello no es óbice para que Scorsese (que se reserva un simpático cameo como fotógrafo) nos regale una película magnífica, a medio camino entre los dibujos animados, el cuento de época y la fantasía en tres dimensiones, un tanto alejada de la cinefilia a la que nos tiene acostumbrados, pero por otra parte encadenada a los orígenes del séptimo arte como vehículo de ensoñaciones, ilusión y esperanzas.

La historia toma como origen el auténtico final vivido por George Méliès, uno de los padres, junto a David W. Griffith, del cine como medio de narración de historias. En sus últimos años, apartado del cine tras los horrores de la I Guerra Mundial, Méliès sobrevivió gracias a una tienda de juguetes y artículos curiosos que regentó en una estación de tren parisina, con los viajeros y la gente de paso como principales clientes [continuar leyendo]

Diario Aragonés – Caballo de batalla

Título original: War horse

Año: 2011

Nacionalidad: Estados Unidos

Dirección: Steven Spielberg

Guión: Lee Hall y Richard Curtis, sobre la novela Michael Morpurgo

Música: John Williams

Fotografía: Janusz Kaminski

Reparto: Jeremy Irvine, Emily Watson, Peter Mullan, Niels Arestrup, Tom Hiddleston, David Thewlis, Benedict Cumberbatch, Celine Buckens, Toby Kebbell, David Kross, Nicolas Bro, Leonhard Carow, Eddie Marsan, Patrick Kennedy, Liam Cunningham

Duración: 146 minutos

Sinopsis: Historia de la amistad entre un joven y su caballo en el marco de la I Guerra Mundial.

Comentario: Da la impresión de que Steven Spielberg ha querido sintetizar en Caballo de batalla las dos vertientes de su filmografía, el cine infantil y juvenil, en el que es un maestro, y sus películas, digamos, “maduras”, en las que tradicionalmente casi siempre se queda corto o resulta fallido. En esta ocasión adapta una novela convertida en obra de teatro con un protagonista muy particular, Joey, un caballo sacado de su plácido hogar en la campiña para ser utilizado por el ejército británico en los combates de la Gran Guerra.

Filmada con elegancia, lirismo y corrección formales, la película adolece, por un lado, de personajes que superen las fronteras de lo arquetípico o de lo decorativo, lo cual acarrea que los intérpretes, siendo eficientes, no destaquen especialmente (a excepción, quizá, de Peter Mullan como padre del protagonista humano), y por otro, de un verdadero interés que no dependa del mero sentimentalismo. Construida sobre una estructura episódica, de pequeñas historias que, con Joey como hilo conductor, nos presentan distintos personajes y situaciones, unos domésticos y otros bélicos, que poco o nada tienen que ver entre sí y que fragmentan la narración con saltos de ritmo y rupturas de tono, ninguna de ellas resulta verdaderamente profunda o intensa en lo puramente narrativo, ya que sirven únicamente como pretexto emocional de la trama, esto es, la separación y el reencuentro de dos amigos, uno humano y otro equino, con un trasfondo bélico en cuyas causas, historia y consecuencias apenas se entra.

La simpleza emocional y narrativa de la cinta no se traslada a la puesta en escena, de dirección artística sobresaliente y con un gran trabajo de ambientación y un impecable tratamiento de primer nivel en la recreación de las secuencias y de los escenarios bélicos [continuar leyendo]

Diario Aragonés – Los descendientes

Título original: The descendants
Año: 2011
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Alexander Payne
Guión: Alexander Payne, Nat Faxon y Jim Rash, sobre la novela de Kaui Hart Hemmings
Música: Dondi Bastone, Richard Ford y Eugene Kulikov
Fotografía: Phedon Papamichael
Reparto: George Clooney, Judy Greer, Shailene Woodley, Matthew Lillard, Beau Bridges, Robert Forster, Mary Birdsong, Rob Huebel, Michael Ontkean, Troy Manandicm, Scott Morgan, Milt Kogan, Nick Krause
Duración: 119 minutos

Sinopsis: Matt King es un abogado de Hawai que debe afrontar una difícil situación familiar tras el accidente que ha dejado en coma a su esposa. La necesidad de acercarse a sus hijas, de 10 y 17 años, coincide con un momento capital para su amplísima familia: la venta de unas tierras que, herencia de sus antepasados, mezcla de misioneros y de los últimos vestigios de la realeza y la aristocracia de los aborígenes hawaianos, poseen desde 150 años atrás, y que pueden enriquecerles considerablemente, aunque a costa de abrir una tierra virgen, un paraíso natural, a las garras de los especuladores o de la industria del ocio, lucrativa con los hombres pero destructiva con la naturaleza.

Comentario: Poco o nada hay en la última película de Alexander Payne, según las loas recibidas por la crítica, premios incluidos, máxima favorita a los premios Oscar, que no hayamos visto antes. Un padre de familia (George Clooney), traumatizado por el accidente y el estado de coma de su esposa y los cambios que supone para su vida el hecho de tener que encargarse del cuidado y la educación de sus problemáticas hijas, a las que casi desconoce por haber estado tantos años más pendientes del trabajo que de su mujer y las niñas, ha de reconducir su relación con ellas y adaptarse a su nueva vida. Eso mientras, como fiduciario de un importante patrimonio familiar, busca comprador para las tierras de la familia entre los mejores postores de las islas y del continente antes de que los plazos del fideicomiso venzan y la herencia devenga en propiedad pública. Por tanto, la película de Payne trata básicamente de un hombre que mira al pasado para construir un futuro, para reconstruirse a sí mismo.
La virtud de la película, ya que no es la originalidad, consiste en contar esta historia con un guión milimétrico, preciso, riquísimo, y con unas interpretaciones, a destacar la del propio Clooney, sobresalientes [continuar leyendo]

Diario Aragonés – The artist

Título original: The artist
Año: 2011
Nacionalidad: Francia
Dirección: Michel Hazanavicius
Guión: Michel Hazanavicius
Música: Ludovic Bource
Fotografía: Guillaume Schiffman
Reparto: Jean Dujardin, Bérénice Bejo, James Cromwell, John Goodman, Penelope Ann Miller, Missi Pyle, Malcolm McDowell, Ed Lauter
Duración: 100 minutos

Sinopsis: George Valentin es una estrella del Hollywood dorado de la etapa del cine mudo. Con la llegada del cine sonoro en 1927 su suerte empieza a declinar al mismo tiempo que Peppy Miller, antigua figurante de sus películas, se convierte en la actriz del momento.

Comentario: La película de Michel Hazanavicius esin duda valiente, una audacia que viene respaldada por el magnífico resultado final. De producción francesa, aborda la cuestión, ya tratada múltiples veces en anteriores películas -especialmente en dos grandes obras maestras como El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, Billy Wilder, 1950) o Cantando bajo la lluvia (Singin’ in the rain, Stanley Donen y Gene Kelly, 1952)-, del efecto que el paso del cine mudo al sonoro tuvo en la carrera de muchos directores, productores e intérpretes del Hollywood clásico, y de cómo, a la manera del futuro crack del 29, sólidas y muy bien remuneradas carreras en el cine derivaron prácticamente de un día para otro en la ruina, la pobreza, la marginalidad e incluso, en no pocas ocasiones, el crimen, la cárcel, el suicidio o el asesinato.

El guión de Hazanevicius particulariza esta historia en el caso de un actor ficticio de nombre George Valentin (Jean Dujardin), arquetipo que representa la imagen, algo más que inspirada en Douglas Fairbanks, del típico galán del cine de aventuras y acción de la época, entre altivo y algo payaso, bailarín, comediante y atleta capaz de innumerables prodigios físicos en la pantalla. En él se personifica la postura de algunas grandes figuras que, como Charles Chaplin, se resistieron todo lo posible a introducir el sonido en sus películas -Chaplin no “hablaría” en la pantalla hasta nada menos que Tiempos modernos (Modern times, 1936), u otras que, como Buster Keaton, simplemente no encontraron su lugar en el nuevo panorama y se hundieron en la depresión, la ruina y el alcohol. Por el contrario, Peppy Miller (Bérénice Bejo) personifica el efecto contrario (aunque innumerables actrices padecieran la caída en desgracia por la ausencia de una voz pareja a su presencia en pantalla, algo que acarreó no pocos suicidios a base de barbitúricos y somníferos en su día), el rápido ascenso del gracejo de la expresión unido al carisma ante la cámara [continuar leyendo]

Diario Aragonés – Drive

Título original: Drive
Año: 2011
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Nicolas Winding Refn
Guión: Hossein Amini, sobre la novela de James Sallis
Música: Cliff Martinez
Fotografía: Newton Thomas Sigel
Reparto: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Ron Perlman, Christina Hendricks, Bryan Cranston, Oscar Isaac, Albert Brooks
Duración: 100 minutos

Sinopsis: Driver (conductor) es un experto en conducción de riesgo para el cine. Shannon, su jefe y mentor, le busca clientes con los que Driver pueda demostrar su pericia al volante. Pero no todos son del mundo del cine, ya que Driver también está especializado en la conducción de fugas, en sacar a delincuentes de los lugares en los que han cometido sus robos y atracos.

Comentario: Excelente película del director danés Nicolas Winding Refn que combina acertadamente los aires y tonos del cine independiente americano con los ecos y reminiscencias del periodo clásico del cine negro en su versión estética pop de los años sesenta (Código del hampa de Don Siegel, A quemarropa de John Boorman), revestidas aquí de modernidad, velocidad, rap y una violencia más sugerida que explícita. Winding Refn deconstruye, más que construye, un producto de género partiendo casi de postulados de serie B para rellenar los huecos y vacíos que deja libres con emociones, luces, sombras e intensidad dramática resultantes de sugerencias, de gestos, leves indicaciones y sutiles maniobras, con un pulso firme pero sin subrayados, con brutalidad y contundencia pero con tacto y sentido dramático, dejando que las imágenes fluyan pero sin apabullar, ganándose la sensibilidad del espectador pero a costa de invadir sus sentidos con pirotecnia, cacharrería, salmodias u orquestaciones inaudibles, presentando personajes y atmósferas estáticos, casi hieráticos, dentro de los que bulle mucha carne y corazón.

Así, siguiendo la receta clásica, el protagonista (Ryan Gosling, en un ejercicio de minimalismo gestual y verbal tan efectivo como contundente y a tono con sus actos y con los lugares que recorre) es un vehículo para presentar los hechos, no una personalidad que acapare la narración hasta fagocitarla [continuar leyendo]

Diario Aragonés – Los Idus de Marzo

Título original: The Ides of March
Año: 2011
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: George Clooney
Guión: Grant Heslov y George Clooney, sobre la obra teatral Farragut North, de Beau Willimon
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Phedon Papamichael
Reparto: Ryan Gosling, George Clooney, Paul Giamatti, Marisa Tomei, Philip Seymour Hoffman, Evan Rachel Wood, Jeffrey Wright, Max Minghella
Duración: 101 minutos

Sinopsis: El joven director de comunicación de campaña del principal candidato a las elecciones primarias del Partido Demócrata se enfrenta a una serie de acontecimientos que ponen en juego su idealismo y le revelan la naturaleza real de la política y de los hombres que intervienen en ella.

Comentario: Los productos que tienen a George Clooney tras la cámara son desde luego, con alguna excepción (llamada Ella es el partido, una abominación), muchísimo más interesantes que los que cuentan con él solamente delante de ella. En Los idus de marzo, título que directamente remite a la tragedia shakespeariana sobre Julio César (y su adaptación al cine por Joseph L. Mankiewicz en 1953), la traición, y la advertencia que un augur ciego lanza al dictador romano (“¡Guárdate de los Idus de Marzo!”), para acercarse desde una óptica demoledoramente crítica a la poco escrupulosa carrera de quienes viven de la política (los políticos profesionales pero también los asalariados de los partidos o los periodistas) a fin de conseguir el poder o beneficiarse de él.

La película cuenta pocas cosas que no se hayan visto ya antes. Un muchacho idealista, ocurrente, un hombre de recursos con inventiva, imaginación y espontaneidad suficientes como para manejar los distintos resortes de la mercadotecnia política y los bajos instintos, ambiciones y temores de quienes participan o asisten a la competición por la nominación presidencial (Ryan Gosling), se mueve fundamentalmente por la firme creencia en la personalidad, la capacidad y la competencia de su candidato, Mike Morris (George Clooney), sabedor de que, ante la incapacidad por parte del Partido Republicano para ofrecer a un oponente solvente que pueda enfrentarse a él, la victoria en las primarias demócratas equivale prácticamente a obtener el pasaporte a la Casa Blanca. La fe en su candidato corre paralela a su devota amistad por su mentor personal en el mundo de las campañas electorales, Paul (Philip Seymour Hoffman), un veterano de las convocatorias a comicios a lo largo y ancho del país. En su trabajo diario, en el que se apoya en un joven ayudante (Max Mighella), no falta el romance con una joven voluntaria en la campaña (Evan Rachel Wood) ni el juego del ratón y el gato con la prensa (encarnada por Marisa Tomei), utilizándola para sus fines, aliándose con ella cuando es conveniente y temiéndola, sintiendo su amenaza o prefiriendo ocultarle datos si la situación lo exige. Tampoco le es ajena la observación a distancia de las actividades del otro candidato y de su jefe de campaña (Paul Giamatti) en su común pretensión de hacerse con el apoyo de uno de los políticos clave del Partido Demócrata (Jeffrey Wright). En suma, contado así, nada que no aparezca lo suficiente en el cine político norteamericano como para resultar novedoso, revolucionario o distinto.

La virtud de Clooney reside en la más que correcta (técnica y narrativamente) traslación a imágenes de un guión que consigue [continuar leyendo]

Diario Aragonés – La conspiración

Título original: The conspirator
Año: 2011
Nacionalidad: Estados Unidos
Dirección: Robert Redford
Guión: Gregory Bernstein y James D. Solomon
Música: Mark Isham
Fotografía: Newton Thomas Sigel
Reparto: James McAvoy, Robin Wright, Kevin Kline, Evan Rachel Wood, Danny Huston, Justin Long, Tom Wilkinson, Alexis Bledel, Johnny Simmons, Norman Reedus, Jonathan Groff, James Badge Dale, Toby Kebbell, Stephen Root, Colm Meaney
Duración: 122 minutos

Sinopsis: Tras el atentado contra el presidente Abraham Lincoln, su asesino, John Wilkes Booth, muere en un intento de ser capturado. Otras ocho personas son detenidas y acusadas de conspirar para asesinar al presidente, al vicepresidente y al secretario de estado de la Unión. Una de ellas, Mary Surratt, es la madre del único sospechoso que no ha sido capturado, y dueña de la casa de huéspedes donde se urdieron los planes. Frederick Aiken es un capitán del ejército de la Unión, héroe de guerra, que debe asumir la defensa de la mujer ante un tribunal militar, una fiscalía, un entorno político y una opinión pública, hostiles a los acusados y a todo lo que representa el Sur.

Comentario: La mitificación y santificación de Abraham Lincoln es una de las maniobras histórico-político-ideológicas más presentes en el cine americano, siempre recurrente en épocas convulsas o de crisis, y siempre utilizada de manera superficial, propagandística, casi casi publicitaria. Así es desde que Walter Huston se pusiera en la piel de Lincoln a las órdenes de David W. Griffith o desde que Henry Fonda ayudara a John Ford a construir una elegía a medida del presidente asesinado, al estilo de las de su hermano Frank Ford, retratando sus años de juventud como idealista abogado en Illinois. Lincoln siempre es utilizado como sinónimo de estadista puro, de hombre juicioso, escrupuloso demócrata, sometido al imperio de la ley. El hecho de que la guerra de Secesión se haya reducido históricamente, y con los mismos fines publicitarios, a la cuestión de la esclavitud de los negros, hace que la estatura de Lincoln no se haya cuestionado en el siglo y medio que ha transcurrido desde su muerte. Sin embargo, un examen más realista en el plano histórico de los hechos y condicionantes de la guerra, más ligados a lo económico o al deseo de Washington de que algunos estados del país no pudieran ejercitar su derecho, contemplado en la Constitución, de separarse de la Unión, dan una imagen bien distinta, más contradictoria, repleta de claroscuros, de Lincoln y de los Estados Unidos, que el cine ha omitido por sistema. El discurso de presidente tolerante, de filósofo humanista, poco encaja con el sometimiento y la ocupación por las armas de unos estados que, aun siendo esclavistas y con todos sus demás defectos, se acogían a un derecho contemplado en la Constitución norteamericana, y menos aún con la doctrina del Destino Manifiesto, fundamento de la mentalidad colonialista estadounidense, de la que Lincoln fue uno de los principales exponentes y que dura hasta hoy. Robert Redford se zambulle de plano en esta visión complaciente e idealista del personaje y de toda la simbología impostada, propagandística y santurrona que se ha construido históricamente en torno a Lincoln a fin de caracterizar en torno a la evocación y el recuerdo de su figura, de manera un tanto hipócrita, la contradictoria raíz democrática, y su dudosa realidad en la práctica, de los Estados Unidos, de su sistema político y legal, económico y social. Esta vez, en cambio, este ingenuo tributo no se hace directamente sobre su biografía, sino sobre su asesinato y el juicio de los conspiradores que lo llevaron a cabo, utilizando para ello la figura del abogado defensor de una de las acusadas, Frederick Aiken (James McAvoy), y unos hechos utilizados en cada minuto del metraje de manera simbólica para referirse a la situación política norteamericana del momento de la concepción de la película, con el retroceso de derechos y libertades impulsado desde la Casa Blanca por la administración Bush Jr. y sus secuaces que elevaron la concepción de la política como negocio particular a las cotas más altas de todos los tiempos.

La película se inicia con la recreación del asesinato y transcurre por las demarcaciones de la detención, proceso y ejecución de los culpables. Construida con suficiente perfección técnica (excepto, quizá, la fotografía escogida, sombría, grisácea, tristona, demasiado mortecina, atenuada, oscura), el principal problema de la cinta se encuentra en el guión de Solomon y Bernstein [continuar leyendo]